Por: Nicolás Merletti
El objetivo se cumplió. El seleccionado argentino de vóley llegó a Italia para jugar nueve partidos, y así fue. Quizás los cruces no beneficiaron y podría haber sido mejor, pero el noveno puesto obtenido frente a República Checa es más que meritorio, sobre todo si se tiene en cuenta el gran recambio propuesto por Javier Weber.
El partido frente a los checos se definió por 3 a 1, con parciales de 25-22, 18-25, 25-21 y 25-22. Los goleadores argentinos fueron Facundo Conte, Rodrigo Quiroga y Federico Pereyra, con 17 puntos cada uno. Con excepción de algunos baches en el segundo set, Argentina jugó muy concentrado durante todo el encuentro. Los sanjuaninos y Conte estuvieron muy precisos en el ataque, y Sebastián Sole sólido en el bloqueo, como en todo el torneo. En el segundo parcial, los checos subieron el nivel, bajaron el número de errores y apareció su opuesto Jan Stokr en todo su esplendor, por esto se llevaron fácilmente el set.
La tercera manga fue clave, tuvo un desarrollo muy equilibrado, hasta que gracias a un gran turno en el saque de Conte, los argentinos hicieron la diferencia y se pusieron 2 a 1 arriba en sets.
En el cuarto y último parcial, los dirigidos por Weber sacaron una diferencia y la administraron durante todo el set para culminar con la victoria y el desahogo argentino, que termina con este triunfo con un récord de 6 partidos ganados y 3 perdidos. Vale recordar que las derrotas fueron frente a tres de los mejores cuatro equipos del Ránking Mundial.
El saldo termina siendo muy positivo, si bien el equipo esperaba una mejor posición, el desarrollo de todo el Mundial marca un gran crecimiento en el rendimiento, y sobre todo la esperanza de que este plantel tan joven tiene muchísimo potencial por explotar. El primer paso ya está dado.